jueves, 3 de marzo de 2011

La felicidad de la Pasión

Mi madre opinaba que el mundo sería mejor si nuestro yo sexual invadiera nuestro yo de ir por casa. Ella me contó cuando yo tenía quince años que debía entender que había dos personas en mí: mi yo sexual y mi yo de ir por casa.
- Tu yo sexual, M. , quizá aún no lo conoces - me dijo mientras esperábamos en el patio de butacas antes de un ensayo general en Essen -. Pero pronto lo sentirás. Aparecerá en momentos puntuales de tu vida : cuando desees a alguien, cuando practiques sexo o simplemente en los momentos más inverosímiles.
Tu yo sexual es lo más importante de tu vida porque cuando entres en un lugar donde nunca has estado se activará. Notarás cómo rastrea, busca lo que desea, se enamora, se encandila, se llena de pasión.
Quizá aún no lo has sentido, pero dentro de poco , siempre que conozcas gente acabarás preguntándote qué significarán esas personas en tu vida.
Sólo entrar en un avión sabrás al instante qué personas deseas, qué personas serían capaces de sentir amor por ti o sentir tú amor por ellas y con cuáles desearías tener sexo.
Es innato en las personas y debes comprender que desear, que sentir, no es malo. Forma parte de tu yo sexual. Tu yo de ir por casa, tu yo formal, apagará tu yo sexual, lo hará dócil a ojos de la sociedad, presentable.
Pero, M. ¿ cómo vamos a conocer a la gente que nos rodea si no sabemos cómo son realmente, si no conocemos sus jadeos, sus deseos sexuales, la forma en que muestran su pasión extrema...? ¿ Cómo puede ser que no conozcamos todo eso ? Cuando seríamos mucho más felices si nuestro yo sexual controlara nuestra vida y nuestro rostro mostrara la felicidad de la pasión.

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